Un joven de 16 años, Esteban L.M, falleció el pasado sábado 20 de septiembre, mientras jugaba un amistoso partido de fútbol entre su equipo, el Espinardo C.F y el Caravaca C.F, en el campo Gabriel Serrano, sito en la pedanía murciana de Espinardo.
La muerte súbita del joven ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de que los campos de fútbol de la Región estén dotados de desfibriladores que puedan evitar este tipo de fallecimientos.
El fallecimiento del menor causó una profunda conmoción entre sus compañeros y el presidente del Espinardo CF, Antonio Martínez, lamentó la falta de un desfibrilador en el campo que hubiera podido salvar la vida al jugador.
La Federación no está obligada a exigir que haya desfibriladores en todos los campos de fútbol en los que se disputan partidos de las bases. Según está estipulado en la mutualidad de previsión social del futbolista, está obligado a hacer un reconocimiento médico a los jugadores de las categorías inferiores cada dos años, «unos 15.000 al año», y los clubes están obligados cada temporada a pagar un seguro médico obligatorio para cubrir una posible lesión.
Un desfibrilador podría haber evitado esta fatal consecuencia. Los desfribriladores son aparatos muy fiables y que cuentan con un manejo muy sencillo. Los desfibriladores automáticos, al detectar una actividad anormal, disparan el choque. Se trata de un procedimiento que «puede salvar vidas», ya que una ambulancia puede tardar «unos 15 minutos» y si se responde en cinco «la persona puede salir del campo incluso por su propio pie».
El desfibrilador externo semiautomático I-PAD CU-SP1 Ses un aparato electrónico portátil que diagnostica y trata la parada cardiorrespiratoriacuando es debida a la fibrilación ventricular (en que el corazón tiene actividad eléctrica pero sin efectividad mecánica) o a una taquicardia ventricular sin pulso (en que hay actividad eléctrica y en este caso el bombeo sanguíneo es ineficaz), restableciendo un ritmo cardíaco efectivo eléctrica y mecánicamente. La desfibrilación consiste en emitir un impulso de corriente continua al corazón, despolarizando simultáneamente todas las células miocárdicas, pudiendo retomar su ritmo eléctrico normal u otro eficaz. La fibrilación ventricular es la causa más frecuente de muerte súbita.
El desfibrilador I-PAD es muy eficaz para la mayor parte de los llamados paros cardíacos, que en su mayor parte son debidos a que el corazón fibrila y su ritmo no es el adecuado, estos equipos básicamente devuelven el ritmo adecuado al corazón, pero es totalmente ineficaz en la parada cardíaca con asistolia pues el corazón, en este caso, además de no bombear la sangre, no tiene actividad eléctrica; y en la actividad eléctrica sin pulso (AESP), antes denominada disociación electromecánica, donde hay actividad eléctrica, que puede ser incluso normal, pero sin eficacia mecánica. En estos dos últimos casos únicamente se debe realizarcompresión torácica mientras se establecen otras medidas avanzadas.