La aguja de cierre, además de evitar la formación de una hernia en el sitio del trocar, es útil para controlar el sangrado de los vasos epigástricos. El sangrado de los vasos, se detiene en el momento en que se realiza el cierre de la sutura.
Si de forma desafortunada se lesiona un vaso arterial, se observará un goteo persistente por la pared del trocar que obligará a abordar el problema de inmediato. Para el tratamiento de las lesiones venosas de poca importancia -región interna de la pared muscular- basta con la coagulación bipolar de la misma bajo control óptico. En otros casos, el sangrado venoso se puede solucionar con la extracción del trocar y la colocación de una sonda de Foley. En caso contrario o de lesiones arteriales se aconseja la practica de un cierre primario de la incisión del trocar mediante la colocación de un punto de sutura mediante un dispositivo de cierre fascial-AGUJA DE CIERRE LAPROSURGE-, basado en la introducción de una sutura montada en una aguja que permite su liberación intrabdominal bajo visión y la recuperación de la misma tras la punción de la aguja en el borde contrario de la herida para así cerrar el agujero e incluir al vaso en dicha sutura.