A menudo la cirugía general se acompaña de un pequeño porcentaje de infección del sitio quirúrgico en sus distintas acepciones (superficial, profunda u órgano-espacio). Esta infección puede debilitar la línea media y alterar la tensión de la sutura, por lo que resulta más probable el posterior desarrollo de una hernia.
Para evitar estos problemas postquirúrgicos es conveniente dar importancia a la prevención de futuras contra indicaciones que aumenten el número de recidivados y que a la vez repercutan en una más lenta y molesta recuperación del paciente.
Puede ser más frecuente en algunas cirugías como la de pared abdominal o en cirugía colorrectal. Concretamente en esta última, el íleo paralítico genera un aumento de la presión abdominal que en el postoperatorio inmediato es clave para que el hermetismo del cierre de la laparotomía quede comprometido. Según algunos cirujanos expertos, como consecuencia, podrían ser esperables unas tasas mayores de evisceración o eventración de la herida quirúrgica.
La colocación de una malla es un gesto mínimo que se acompaña de una tasa de complicaciones casi despreciable y que ha demostrado que puede tener un impacto en las tasas de evisceración inmediata de la herida quirúrgica y eventración tardía.
Para la prevención de evisceración y eventración en cirugía oncológica digestiva, Medical Cañada, propone el uso de cualquiera de nuestras mallas titanizadas.
En este vídeo, el doctor Alfredo Moreno Egea nos muestra una forma fácil y rápida de contribuir a la profilaxis de la hernia incisional.
https://www.youtube.com/watch?v=170TM63J9aI